lunes, 7 de septiembre de 2015

Hablemos de Siria.



A principios de este año hice de todo para irme de voluntaria a los campos de refugiados sirios, incluso me inscribí para dar clases a los niños pero el rotundo ¡NO! de mi mamá fue mas fuerte que mi voluntad. 

En estos últimos días las noticias giran en torno a los refugiados migrantes de éste país y creo no ser la única que siente compasión y ganas de mover todo el mundo para darles un espacio digno y libre de peligro. En este mes patrio, con banderitas en los coches y luces tricolor por todos lados no me podía llenar mas de orgullo ver una petición circulando para recibir 10,000 refugiados (aquí les dejo el LINK) enseguida la firme, aunque se que un like o una firma virtual no es suficiente, me comprometí personalmente a no solo bien recibir refugiados de Siria, si no a los migrantes en su viaje al “sueño americano”, a los niños de casas hogar, ancianos en los asilos y personas sin techo, no sólo aquel que ha sido víctima de una guerra sin sentido (como todas, desde mi percepción) merece ser atendido, ayudemos también a los que tenemos enfrente.

Justo la semana pasada terminé de leer un libro que tenía un poco abandonado “Yo soy Malala” y me quedé (entre muchas otras cosas) con un poemita Alemán que dice:

"Cuando los nazis vinieron a por los comunistas,
yo me callé; no era comunista.
Cuando encerraron a los socialdemócratas.
yo me callé; no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a por los sindicalistas,
no protesté; no era sindicalista.
Cuando vinieron por los Judios,
no protesté; no era Judio.
Cuando vinieron a por mí,
no quedaba nadie que pudiera protestar."
-Martin Niemöller


No dejemos que las fuertes noticias de un país que EN REALIDAD nos necesita, nos haga olvidar que en el nuestro queda mucho por hacer, que tenemos mucho que dar… por favor no calles, no sólo firmes… 



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